29.12.18

Primera obra literaria de la que tenemos constancia

Si la literatura es arte, como todos nosotros sabemos, crear literatura es posiblemente la primera forma de hacer arte que hubo en la humanidad, datada con una antigüedad superior a la de 5.000 años. La literatura nació siendo oral y no sabemos cuántos años pasaron desde que las historias y cuentos, leyendas y consejos, se pasaban de unas personas a otras de forma oral, hasta que se inventó la escritura y nos pudo quedar para la posteridad.

Tampoco sabemos cuáles fueron las primeras escrituras, tan solo tenemos conocimiento de la que hemos podido encontrarnos y conservar. Posiblemente la primera sea el “Poema de Gilgamesh” de hace más de 4.000 años, al principio de la que conocemos como Edad del Bronce.

En Mesopotamia (actual Irak) se descubrió a mitad del siglo XIX unos fragmentos no completos de textos sumerio (acadio) en verso, con historias de un Rey llamado Gilgamesh que debió reinar en el año 2.750 a.C. lo que nos llevaría a pensar que durante 700 años estas historias se trasladaban de forma oral hasta que se pusieron escritas. Textos que siglos posteriores se siguen empleando para explicar las ideas de la inmortalidad, el bien y el mal, etc. como las bases de las que se sigue bebiendo para intentar encontrar explicación a los sentimientos humanos.

La literatura se transforma, pero curiosamente tras 5.000 años de escritura y creación, se sigue conformando alrededor de similares ideas, sensaciones, sentimientos, amores y rupturas, guerras y luchas de poder. Es como si casi nada hubiera cambiado en el interior de nosotros, aunque ahora esas mismas ideas se transmitan con otros alfabetos, otros idiomas, otras formas de construir párrafos y textos.

Os dejo un poco de texto de estos versos, como es lógico traducido al castellano y por ello habiendo perdido sus rimas y formas literarias.


Nota.: La imagen nos muestra al Rey Gilgamesh y se encuentra en el Museo de Louvre


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El cazador abrió su boca para hablar, Diciendo a su padre:

«Padre mío, hay un hombre que ha venido de las colinas, Es el más poderoso de la tierra; vigor tiene. ¡Como la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor! Siempre recorre las colinas, Siempre con las bestias se nutre de hierba. Siempre planta los pies en la aguada. ¡Tan espantado estoy, que no oso acercarme a él! Cegó las hoyas que yo había excavado, Destrozó mis trampas que yo había puesto, Las bestias y las criaturas del llano Hizo escapar de mis manos. ¡No permite que me dedique a la caza!»

Su padre abrió la boca para hablar, Diciendo al cazador:

«Hijo mío, en Uruk vive Gilgamesh. Nadie hay más fuerte que él. ¡Como la esencia de Anu, tan tremendo es su vigor! Ve, pues; hacia Uruk dirige tu faz, Refiérele el poder del hombre. Haz que te entregue una ramera. Llévala contigo; (…20…) Prevalecerá sobre él a causa de un mayor poder. Cuando abreve los animales en la aguada, (ella) se quitará el vestido, mostrando desnuda su madurez. En cuanto vea a ella, a ella se acercará. ¡Le rechazarán las bestias que crecieron en su estepa!»