Está suelto, lo dejé suelto para que siguiera su camino, hay que advertirlo antes de seguir observándolo.
Como es lógico, a quien le gusta contemplar una obra de arte de Jackson Pollock disfruta casi más con estos detalles naturales y nunca es capaz de romperlos. Si hubiera podido acercarme más, hasta lograr el detalle del pecho, podría estar intentando engañar con la idea de que es un camaleón, un cocodrilo o una obra de arte conceptual.