Alas casi rotas por el tiempo
oxidadas para darles color herido
mientras nadie las recuerda azules o rojas
escondidas entre las esquinas.
Alas de mariposa o de ángeles
que nunca volaron ni agitaron
los vientos del tiempo del silencio
que siempre estaba mirando el cambio.
Nunca sabremos
ni el color verdadero ni su función,
y lo que es peor,
ni su cara escondida.