Las fronteras del mundo se disuelven como la espuma el tocar los líquidos, en cuanto viajamos por los paisajes. Hace unas semanas observaba las Meninas escultóricas en Madrid llenando calles comerciales, animando plazas con su estampa castiza y sus pelos recogidos. Madrid está aquí al lado.
Pero hoy nuestra amiga lectora Elisa Gallego, una turolense que vive en Valencia, nos manda estas Meninas que están en El Ferrol. Y las recibo en Zaragoza por casualidad pues acabo de venir de Girona.
¿Dónde estoy yo? No. No, no. ¿Dónde estás tú? ¿Dónde están de verdad las Meninas? Ahora aquí mismo, donde las vemos, sí, aquí, las podemos tocar. ¡¡Inténtalo!!
Hemos mezclado en un instante a Galicia, Cataluña, Aragón, Valencia, Madrid…, y no ha pasado nada de nada. Nos hemos identificado con todo.
En estos tiempos raros y líquidos ver ARTE es una forma de simplificar las fronteras mentales. Nos podemos mover sin movernos. Pero moviéndonos al fin, pues llegamos, nos comunicamos. Y nos sonreímos. Insisto…, debe ser el ARTE.
Nota.: Habría otro texto posible, pero tal vez lo deje para mañana con la misma imagen. Y yo qué sé.