Nos entra el otoño para llevarnos en volandas hacia el invierno y nos muestra colores fríos, morados y marrones, ocres y naranjas que contrastan a tope con los verdes heridos de muerte. Es la victoria de la muerte, el renacer del nuevo año, es el vino y el hogar, el abandono del Dios Sol para recapacitar y tranquilizarnos. Es la depresión que se vence luchando.