Y uno se puede (debe) preguntar por qué hay 14 apóstoles en vez de los clásicos 12 que todos conocemos. Si miramos a las dos esculturas de las esquinas del friso, veremos que ambas miran hacia el interior del mismo como contemplando al resto de los apóstoles y en caso y a todos nosotros en el otro, es decir, nos quedan ya 12.
Esos dos apóstoles “extra” de los extremos somos tú y yo, somos el resto de comunidad cristiana que también podemos ejercer de predicadores de la filosofía de Cristo, sin tener que ser precisamente unos elegidos por la iglesia oficial católica. Y efectivamente, este friso estuvo prohibido por la iglesia oficial de Roma hasta los años 60, por su modernidad y crítica a la versión oficial y cerrada de la iglesia de unos pocos elegidos.
Nota.: Las imágenes son de Miguel Puente