Podría parece un cuadro de Mondrian o de Theo van Doesburg, pero no lo es, simplemente es una reconstrucción de formas y colores, empleando una imagen aleatoria de manchas en una pared, tras borrarse unas pintadas anteriores. Lo que intento demostrar aquí es que dependiendo de la mirada que pongamos ante una obra, esta puede llegar a ser algo interesante, algo bello, o puede pasar desapercibida.
Depende de la distribución de espacios, formas, luces, masas y colores. Depende de su terminación y selección de encuadre, de corte. Incluso depende de la osadía del artista para presentarnos algo como terminado, dispuesto a ser mirado.