Emilio Gastón fue un poeta. Dió la casualidad que además fue abogado, político, Justicia de Aragón y amigo de algún conocido mío. Pero lo importante es que fue poeta. Lo demás son caminos. Así que cualquier regalo inmaterial que se le haga a su memoria tiene que ser poético, tiene que contener elementos complejos, de esos que nos cuestan entender y admirar, de los que con una simple mirada no calan.
Miguel Ángel Arrudi es otro artista aragonés de los que han vuelto para demostrar que en Aragón se vive como con Dios, en caso de existir.
Escultor y pintor, es de los que también saben romper ideas para reconstruirlas. Y sin llegar a saber bien qué nos ha querido decir con su obra que vemos arriba, estoy seguro que lleva una carga de libertad enjaulada, que deberíamos saber desentrañar. O desembalar.
Y os recuerdo que no es importante entender el ARTE, sino que este nos emocione, nos mueva algo de lo que llevamos dentro.