No nos gustan las firmas en las paredes. Creemos que ensucian y ni aportan nada ni al arte ni al urbanismo. Pero sabemos que es otra forma de gritar de jóvenes a los que no les gusta el mundo en el que están y se rebelan a su modo, con spray y equivocándose. Pero aunque insistamos sobre esto, debemos comprender sus acciones para resolverlas. En la imagen vemos a color una de sus firmas y en blanco y negro el trabajo último del trío de amigos.
Hace un mes, tres jóvenes de Brixton muy cerca de Londres murieron arrollados por un tren mientras hacían Street Art de firmas en su ciudad. Eran Alberto Fresneda Carrasco (Trip) de 19 años, Harrison Scott-Hood (Lover) de 23 años y Jack Gilbert (K-Bag) de la misma edad. Hoy el padre del primero, periodista, escribe en El Mundo un artículo de opinión. Os dejo un pequeño párrafo:
Enfilaron esa noche hacia Brixton y estuvieron bebiendo en un pub, en compañía de otros tres amigos que luego se descolgaron. La idea de adentrarse en la peligrosa encrucijada de trenes de Loughborough Junction la llevaban meditando seguramente desde hacía tiempo. Al fin y cabo, era uno de los lugares predilectos de los 'escritores' del sur de Londres, rivalizando con sus 'tags' en el borde de las vías. ¿Qué arrastró a nuestros tres hijos hasta aquella encrucijada mortal en el sur de Londres? ¿Por qué se jugaron de esa manera la vida? ¿Qué necesidad tenían de llevar su inquietud artística hasta ese extremo? Su 'última misión' ha sido pintar sus nombres en el lado de un puente a 350 yardas de donde todos murieron