Está en una iglesia de la ciudad de Albi en Francia.
Me gustó el gesto de la madre y el niño, la representación de un cariño y amor, muy bien reflejado. Muchas veces en el arte buscamos simplemente trasmitir ideas, sensaciones, gestos.
La mano del niño es toda una intención de alimentación, de incluso dependencia. Y los ojos cerrados de la figura femenina una resignación clara.