San Jorge y su dragón es un componente icónico en Aragón y por ello nos lo podemos encontrar en las calles adornando los paseos. Pero es también un elemento aogo violento, y al final le vas cogiendo cariño al dragón, tan herido pero siempre sonriendo desde la muerte.
Lo curioso es que nadie se acuerda del caballo. San Jorge tenía caballo, iba a caballo. ¿Qué pensaba el caballo de tenerse que enfrentar al dragón? Habría que investigarlo.