El arte callejero debe ser denuncia, queja, grito. Sin duda. Este muro de Zaragoza nos habla de la fibromialgia, de esa enfermedad que no siempre se entiende, se respeta o se comprende como real, aunque algunos idiotas hayan jugado a manipular con ella. El respeto a los enfermos debe ir siempre acompañado del entendimiento de su enfermedad. Y ante la duda, seguir investigando y respeto al que sufre.