Nada más hermoso que recordarnos de la libertad de los peces, del mar azul que existe como futuro para escapar y sentir la vida natural sobre la piel. Es posible que en estos barrios no tengan de nada. Es seguro que sobra suciedad y abandono. Pero siempre les queda la esperanza de que el mar está cerca. Muy cerca. Al volver la esquina de las ruinas.
Nota.: Imagen cortesía de Luis Iribarren