Ayer el artista David Angulo nos deleitó con una sesión de música de voces en el Teatro de las Esquinas, que nos convirtió el día en una jornada para recordar. Fue una sesión para amigos, para incondicionales, para amantes de sus programas y versiones, para disfrutar él mientras hacía disfrutar a los espectadores entregados, para agotarse también.
David Angulo es de esos artistas musicales mal utilizados por el sistema, pues sus cualidades son inmensas y como no es de Bristol o de New York, lo tiene más crudo lo cual es un gran problema para todos. Ser de Zaragoza es duro. Aunque triunfes en la televisión de tu Aragón todas las semanas, que es algo más complicado que triunfar en New York.
Pero a mi el que me gusta no es el David Angulo de ayer (que también pero menos), aunque eso sí, me anima la sonrisa todos los sábados y fiestas de guardar en YouTube y los días que lo veo en directo vitalista como ayer. El que me gusta es el David Angulo que me emociona como lo hizo en alguna ocasión en la Estación del Norte. El de la guitarra y la voz algo rota, el Sabina aragonés, el más minoritario. Incluso el meloso, el personal, el amante siendo bandido y canalla.
Pero claro…, lo jodido es que hay que comer todos los días y con dos hijas eso sale muy caro… como para estar cantando lo que me gusta a mí.