Dicen algunas tradiciones orales de las Islas Baleares que existen unos seres pequeños y muy feos aunque pocos han visto, que son capaces de realizar cualquier tipo de trabajo de forma maravillosa y muy rápida. Pero nadie es perfecto y estos duendes solo son capaces de hacer dos cosas y siempre están haciendo o la una o la otra. Trabajar o comer.
Sí, o trabajan maravillosamente y están haciendo lo que les ordenamos y sin parar, o bien si se les acaba el trabajo…, empiezan a comer con voraz deseo y acaban con toda la comida que pillan.
Esto parece muy interesante y por eso hay personas que en la noche de San Juan acuden a lugares donde estos duendes se aparecen, sobre todo debajo del puente viejo de Santa Eulalia, para tener un trabajador incansable en su casa. Esa noche deben coger una botella negra y opaca para no ver el milagro que se produce en su interior. Deben meter dentro de ella una flor que solo está floreciendo en esos días por los lugares sagrados donde se obra el milagro. Cerrar bien la botella y esperar unos minutos.
Pasado el tiempo la botella empieza a moverse y es el momento de abrirla y ver cómo sale “Els Fameliars” desde su interior. Es un duende mágico que no parará de trabajar para tí. Y gratis. Pero trabajará en las tareas más inverosímiles que tu te creas. Y es mejor que le encargues trabajos muy duros, o si no es así, se te volverá en tu contra. Construir grandes paredes en una noche, plantarte grandes campos agrícolas, limpiarte enormes palacios.
Pero cuidado con lo que se desea. Le tienes que estar dando trabajo constantemente, no hay otra. Si en un momento se queda ocioso els Fameliars se pondrá a comer y beber todo lo que tengas por tu casa, te vaciará la despensa y el frigorífico, luego se comerá tu hacienda y tus ahorros. Cuidado con pedir lo que no se sabe controlar. Pues meterlo otra vez en la botella es complicadísimo y se necesitan conocimientos de brujería y de oraciones muy secretas.