El arte de la niña Helga Weissová se puede ver pues sobrevivió al horror. En diciembre del año 1941 y viviendo en Praga, cuando acababa de cumplir 12 años la deportaron al gueto de Terezin por ser sus padres judíos, donde los nazis agolparon a decenas de miles de personas judías en la que fuera Checoslovaquia.
A partir de aquella deportación su padre le dio un consejo que cumplió toda su vida: “Pinta lo que ves”. Y gracias a esa sugerencia podemos conocer algo más de aquellas barbaridades.
Y lo que observó a partir de fecha fue la muerte en todos los barracones de aquella ciudad, previa al transporte hacia los campos de exterminio de Auschwitz, Mauthausen o Freiberg, donde Helga pasó los cuatro años siguientes.
Hoy, esos dibujos pueden admirarse en el Centro Sefarad de Madrid, que ha abierto una exposición de la artista hasta abril 2018, en colaboración con el Centro Checo y el Ayuntamiento de Huesca.
Helga Weissová tiene hoy 88 años, vive en Praga y es consciente tanto de su suerte por haber sobrevivido como de su buena actual salud. Fue una de los 100 niños supervivientes de Terezin, un milagro si contamos que por allí ingresaron 15.000 menores de 16 años junto a sus padres y familiares.