A partir de esa imagen, que podría ser la de arriba a la izquierda, he realizado tres variables simplemente con retoques simples, sin filtros especiales. En la cuarta imagen sí he cambiado canales para darle otros aspecto.
A partir de estas cuatro imágenes sí se puede hablar ya de sensaciones, de explicaciones o de motivaciones para acompañar un texto. Una es casi un nocturno, otra es una imagen fría, mientras que la última es una imagen que llama el desconcierto, a lo imposible, al juego.
Este ejercicio es muy sencillo y no dice nada. Pero si somos capaces de acompañarlo de “algo más”, o si somos capaces de hacer los mismos efectos a imágenes que sí digan algo, o simplemente creamos series de imágenes que se ayudan las unas a las otras, ya estaríamos creando algo más interesante.
Tenemos pues que aprender a realizar lo que queremos hacer, sabiendo que medios tenemos muchos. Tenemos que saber qué queremos y de qué forma lo queremos presentar. Y tenemos que darle sentido y forma completa para que “el todo” se acompañe él solo de cada una de sus partes.