La obra que vemos pertenece a esta serie de El estanque de lirios y jardines (Los nenúfares o Les nymphéas) que Monet había creado en dicha propiedad. Él creó más de cuarenta paneles a gran escala (219 x 602 cm) y bocetos más pequeños relacionados con sus pinturas entre 1914 y 1926 (un total que se cree supera las 250 obras), en lo que fueron los últimos años de su vida.
Alrededor de 1950, el hijo de Monet, Michel, comenzó a exhibir y vender algunas de estas pinturas de lirios de agua que permanecían en el estudio del padre. Desde entonces, los Nenúfares han tenido un lugar especial en diversos museos, destacando la convicción del mismo Monet de que el ARTE puede proporcionar un bálsamo para el alma moderna.
Monet tenía la idea de crear una gran habitación donde poner estas sus obras suspendidas de la pared y rodeando todas las paredes de la estancia, para que quien entrara en ella se viera inmerso en la belleza del jardín con un lago que tenía cerca en su casa.
Aquellas obras tenían dos intenciones. Ver como cambiaban las luces y los colores según transcurría el día sobre las flores y el agua, y además mostrar cómo el arte necesita de una cierta distancia de mirada para convertirse en algo tangible, real, capaz de ser entendido y admirado.
Si esta obra la vemos de cerca se verán manchas de color que según nos vayamos distanciandonos se irán convirtiendo en el jardín y el lago que realmente quiere mostrarnos Monet. Pintar esto no es nada sencillo, pues la mano del artista no tiene seis metros de larga y los brochazos se dan a una distancia donde nada es lo que parece a esa distancia entre sus ojos y la obra.
En los paneles que vemos arriba, obra titulada “Reflexiones de nubes en el agua” y que se exhibe en el MoMA, se ha intentado recrear la posición teórica y envolvente de estas obras, para crear en el espectador la sensación de estar dentro del pequeño lago de la casa de Monet.
Si esta obra la vemos de cerca se verán manchas de color que según nos vayamos distanciandonos se irán convirtiendo en el jardín y el lago que realmente quiere mostrarnos Monet. Pintar esto no es nada sencillo, pues la mano del artista no tiene seis metros de larga y los brochazos se dan a una distancia donde nada es lo que parece a esa distancia entre sus ojos y la obra.
En los paneles que vemos arriba, obra titulada “Reflexiones de nubes en el agua” y que se exhibe en el MoMA, se ha intentado recrear la posición teórica y envolvente de estas obras, para crear en el espectador la sensación de estar dentro del pequeño lago de la casa de Monet.