En esta obra conocidísima: “La gallina ciega”, pintada cuando Goya tenía 42 años, se hizo como cartón para luego realizar un tapiz para el dormitorio de las infantas. Vemos a unos jóvenes jugando entre ellos con un joven en medio del grupo que lleva los ojos vendados y que está buscando mientras gira a su alrededor hasta dar con el cucharón en alguno de ellos.
En realidad Goya lo que nos intenta transmitir es que la juventud, si cierra lo ojos a lo que le rodea, si simplemente se dedica a jugar absorto, puede caer en el terraplén que está a sus pies. Goya pinta en la zona derecha un terreno abrupto en el que están a punto de caer los jóvenes, por no estar pendientes de su ambiente, de su momento. Por no estar con los pies en el suelo, dedicados más a jugar que a otra cosa.