En la literatura somos los lectores los que creamos los personajes con las indicaciones escritas por el autor. No existe una novela, existen miles posibilidades con los mismos textos, pues depende de lo que nos vayamos construyendo como lectores. Incluso un mismo libro leído varios años después por el mismo lector puede tener otras visiones, otros personajes que crecen o se mueven de otra particular manera.
En una novela el color nos lo dejan como intuición pero somos los lectores los que lo ponemos sobre las escenas. En el cine todo viene hecho, incluso los silencios, los cortes o las velocidades. Un libro puede durar mucho tiempo y durante esos días o semanas nos van sucediendo cosas a los lectores que influyen en la novela.
Quien tras leer una novela ve una adaptación cinematográfica, es imposible que le guste, pues parten de dos guiones totalmente distintos, el suyo propio y el de un guionista anónimo. Cada uno modela los personajes, el narrador o las velocidades de otra forma.
Pero si sabemos verlo todo desde diferente óptica, y sin buscar comparaciones, podemos disfrutar de ambos procesos creativos y artísticos.