Todos quedamos reflejados a poco que nos asomamos a la vida. Nos ven y nos vemos. A veces distorsionados, otra totalmente irreconocibles. Es el juego simple de estar, de moverse, de aparecer para que te vean y te juzguen.
Lo curioso de quedar reflejado, es que si te mueves un poco se transforma todo el conjunto. Nada es lo que aparenta, pues cambia según el punto de vista. Así que nadie está seguro de ser como cree que es. Depende desde donde te miran.