La tranquilidad quieta también es un ARTE. Es una imagen de esa Castilla la Vieja (mucho más bonito y lógico el nombre que el de Castilla León) que en las tardes de verano recoge en sus plazas mayores a los habitantes que salen a la fresca a estar quietos, hablando de la nada o de todo.
Es El Burgo de Osma, lugar especial y hermoso, donde el tiempo pasa de otra manera, más lentamente y con más peso y poso. Aquí, en esta plaza, se puede estar siempre que se quiera, excepto en invierno.