Este cartel de Londres es casi todo un catálogo de intenciones. Una publicidad callejera de Tinder, la red social para disfrutar en horizontal. O no. De entrada para disfrutar de la pantalla del teléfono.
Sin duda todxs debemos preguntarnos si este cartel debe estar en un lugar como este, donde casi siempre solo caben obras de arte. Las debilidades son humanas. Muchas veces el arte está en el encuadre, en el diseño, en el color, en las formas. La llama como icono de Tinder ya es un llamamiento caliente al arte visual.
Pero si nos paramos unos segundos…, observaremos dentro de nuestros calientes sesos que nos estamos adentrando en el infierno. ¡¡Dios!!, igual Tinder es el infierno, son las llamas eternas y no nos habíamos dado cuenta.
Creo…, ¡uff!, que cada vez somos más los que queremos estar en el infierno. Este y no otro, debe ser el famoso cambio climático que dicen algunxs.
Fotografía de Nuria Pérez