Somos cochinos. Incluso rodeando lo que podría ser un “algo grueso”…, indeterminado todavía. Tal vez un señor grueso, unos ojos extraños, una mirada descompensada y mierda rodeando todo.
Lo curioso es que todas esas rayas basureras acompañan bien en el conjunto. Incluso el ombligo es un detalle de bien artista.