Esta piedra contiene esculpidos signos jeroglíficos unilíteros, que formaron una tabla con textos del antiguo Egipto. Una simple forma de comunicación, de escritura con signos. Vemos A, I, F, J o R entre otros signos traducidos al alfabeto actual. Unidas las letras nos indican palabras con significados diversos.
Es arte, sin duda, los escribas eran unos artistas de la talla que tenían que emplear técnicas costosas en el tiempo para dar incuso los detalles a las crías de codorniz que aquí vemos, a los buitres o los juncos, a las víboras, etc. Y así repetirlas decenas de veces para formar frases y contenidos que tuvieran sentido.
Al final de sus periodos históricos, la escritura jeroglífica quedó reservada para los monumentos importantes, templos, palacios, tumbas, joyas, muebles de la corte, amuletos, etc., por su carácter simbólico y mágico, pues grabar el nombre de una persona en jeroglífico implicaba incluso que cometer un error al escribirlo o el hecho de dañar el material sobre el que se tallaba por un error, podría influir en la persona a quien hacía referencia dicho jeroglífico.