Nos miran con sus varios ojos y nos intentan poseer. Pero ya no engañan a nadie, sean azules o amarillos, rojos o violetas, sobre todo son planos y no parecen moverse. Aunque aun así, hay que mirarlos.
Es simplemente arte urbano, arte efímero, es sobre todo arte agradable para mirar mientras se pasea.
También lo feo puede ser agradable y simpático.