18.4.24

Bicho bellamente asqueroso en el centro de Pontevedra

Los monstruos se multiplican ellos solos, incluso llegan a calles de ciudades alejadas de los circuitos del terror, como Pontevedra, donde ya quieren ocupar sus espacios propios. No hay que fiarse de los bichos azules.

Nos miran con sus varios ojos y nos intentan poseer. Pero ya no engañan a nadie, sean azules o amarillos, rojos o violetas, sobre todo son planos y no parecen moverse. Aunque aun así, hay que mirarlos. 

Es simplemente arte urbano, arte efímero, es sobre todo arte agradable para mirar mientras se pasea. 

También lo feo puede ser agradable y simpático.