No es mucho lo que se sabe del pintor Jacometto Veneziano, que no vaya más allá de que era un artista de finales del siglo XV, italiano, y que sobre todo pintaba pequeños retratos de la época para llevar a veces a modo de escapulario.
En realidad se considera más un artesano del retrato familiar, un fotógrafo cuando no existía la fotografía, que guardaba recuerdos por encargo de grandes familias de la época. Como este retrato posiblemente de Alvise Contarini que entrega a una mujer que era monja del convento de San Secondo.
En estos pequeños retratos se pueden ver los paisajes de la época, pero también las vestimentas y las particulares formas de comportarse ante el retrato. Vemos aquí un perfil, serio y que en ningún momento mira hacia la persona que previsiblemente le va a contemplar, tal vez como un ejemplo de un amor imposible.
Es una obra pintada al óleo sobre madera con algunos toques de oro.