Podrían quedar los pensamientos atrapados en las redes de mi interior, y para facilitar su esclavismo les puso trampas tapadas.
Estaba convencido de que así les resultaría más fácil quedarse agarradas.
Creo que eran trampas, pues la vida es un continuo juego de trampas.
La mayoría no las vemos nunca, pero existen, las creamos, las construimos para atraparnos, para atraparos.
Nosotros los primeros. Y sin darnos cuenta.