El Postismo que nace en Madrid allá por el año 1945 y dura poco, no más de unos cinco años, es una corriente artística española del surrealismo literario y de un adentramiento hacia el diseño sin dejar el arte pictórico de lado. Absorbe ideas de las vanguardias francesas literarias, poéticas, buscando un inicio de la poesía visual, del juego de las palabras y frases para provocar.
Se burla de la sociedad, del poder, de la literatura asentada, de la iglesia, y juega con las posibilidades de las greguerías y la literatura breve. El surrealismo literario trabaja la provocación y casi el desconcierto, jugando con los lectores desde panfletos y revistas literarias y artísticas, y nunca desapareció del todo, sino que se transformó en diversas formas de encarar la creación surrealista y la provocación literaria. Todavía existen ejemplos similares en algunas provocaciones perfectamente identificables.
Nadie es hoy en día postista, pero muchos beben del postismo, aunque no lo quieran reconcoer.