Este relieve está en un edificio belga, mostrando una tradición romana con más de 2.000 años de antigüedad que refleja la iconografía de la caridad a través de una hija, llamada Pero, que encuentra a su padre Cimón o Micón, preso y hambriento, ya anciano, y al que intenta confortar y alimentar con su propio pecho, dejándose amamantar por el padre, como si este fuera un bebé, como si el anciano en sus últimos años se volviera realmente un bebé. Si nos fijamos en los ojos del anciano, vemos una mirada perdida, fija, abstraída ante la caridad de la hija.
Amor filial, donde no queda claro si el padre anciano está preso de la justicia o de su edad y su futuro, de su decrepitud. El escritor romano Valerio Máximo, escribió un libro de anécdotas históricas titulado Hechos y dichos memorables sobre el año 30 d.C. donde relata esta virtud retórica.