Este es un dibujo de Daruma pintado en tinta sobre papel y luego montado en seda, posiblemente realizado por Hakuin Ekaku, en el siglo XVIII, una de las figuras más influyentes del Budismo Zen de Japón. Materiales simples, fáciles, y trazos muy simples pero suficientes.
Los Daruma son figuras religiosas que representan a Bodhidharma, primer patriarca del Zen, que según se dice perdió los brazos y las pierna de no utilizarlos, pues siempre estaba meditando. Es una figura con barbas, pobladas cejas y unos grandes ojos muy abiertos, con una significación muy especial en la religión oriental, y se emplea como recordatorio de lo mucho que tenemos pendiente por hacer, como una señal de la perseverancia. Un simple dibujo muy sencillo de realizar, pero que cumplía perfectamente su labor de enseñanza, de icono, de religiosidad y respeto. Todo esto también es arte.