Para vivir se necesita muy poquito, mucho menos de lo menos que creemos es lo mínimo. Un poco de agua, algo de seguridad, unos alimentos básicos, un espacio en una cueva temporal, y un respeto a la dignidad.
Lo fundamental para vivir es que no te maten a pisotones. Que te dejen la libertad necesaria para que vayas creciendo en tu entorno, que te permitan respirar y beber del entorno, que la suerte te acompañe igual que a los demás, que no te mate el frío ni el calor de los enemigos que te rodean.
Nuestra mochila ahora es inamovible, pero eso además de muy cansado en un engaño por el que nos obligan a estar quietos en la misma mata.
Las raíces ya no son hacia la tierra, sino hacia la mochila que nos obligamos a llevar.