La obra “Cuadrado negro sobre fondo blanco” del artista ruso Kazimir Malévich, realizada entre los años 1914 y 1915 representa el nacimiento del Suprematismo, por un texto escrito por Malévich para presentar su propio trabajo en una segunda exposición que inauguró en diciembre de 2015 llamada “0,10: Última Exposición Futurista”.
En esta exposición realizada en la ciudad de Petrogrado (hoy San Petersburgo) cuelga treinta y nueve obras abstractas y las presenta como el nuevo realismo pictórico, entre ellas el famoso Cuadrado Negro, y que coloca en lugar predominante en la exposición, en una esquina como vemos en la imagen, y que supone el punto de partida de toda la pintura contemporánea.
Podríamos decir que es “el cero” desde el que se parte en la nueva pintura, lo más básico, un objeto negro que representa la forma, contenido además en un cuadrado que es lo más básico que podemos imaginar, y sobre un simple fondo blanco que la envuelve representando el vacío, la nada. No es tampoco un objeto, no muestra nada, no se esfuerza en enseñarnos nada ni en mandarnos ningún mensaje. Es la simpleza de una forma, que rompe con los conceptos de que el arte debe decirnos algo que el autor ha creado por nosotros. Ahora se trata de que el espectador sea el que adivine qué le representa esa figura, qué es para él.
Quedaba demostrado que se podía pintar y crear arte sin querer decir nada, sin pretender nada con ello, sin saber dibujar ni pintar, simplemente queriendo crear algo nuevo y ofreciéndose como una obra que sale desde dentro.