Henry Moore triunfó con las escultura abstractas que jugaban con formas metálicas a robar espacios al aire. Pero si "los todos" de sus obras eran un conjunto que rompía el espacio y el paisaje, sus "trozos", esa visión parcial de sus obras en relación al entorno, crean nuevas formas de ver lo común, lo normal, muchas veces a través de "sus huecos".
Es jugar con la luz contra las formas, en la misma obra contundente. Es un simple paseo de playa. Enmarcando lo habitual, para cambiarlo.