Una ciudad que es capaz de crear y diseñar, de tomar la decisión de poner en una plaza céntrica e importante, un reloj como este, debe recibir un aplauso artístico. Un recuerdo a su trabajo, como poco. Bruselas tiene una falta de encanto relativo. Hay que buscarlo, no es de las ciudades fáciles que enseguida encuentras maravillosos edificios, sino enormes masas de oficinas y cristales. Pero existen rincones y lugares curiosos, edificios y Muzeos que bien valen una mirada artística.