Ya se han quedado viejos, aunque siempre queda la duda de si un personaje ficticio se puede quedar obsoleto o en cambio somos nosotros y nuestra mirada la que se queda fuera de juego.
El dibujo infantil como concepto sigue dentro de todos nosotros. Escondido, es cierto. Pero a veces sale y se explaya, se pone a mostrarnos sus tonterías.
Los locos torcidos cuando salen, siguen locos.