Vagando entre nuestras limitaciones, a todo le ponemos límites.
Sin embargo es posible ir más allá de la mente y sentir la UNIDAD de la existencia dentro de uno.
Este “trozo” de un montaje que se llamaba El Jardín Espiritual, y realizado por Sabina Blasco para el Centro de Historias de Zaragoza nos lleva a pensar que el arte efímero es una forma de provocar sensaciones pero que gracias a la fotografía, logramos evitar que sea tan efímero como pretendía la artista. No es lo mismo, pero siempre podremos volver al recuerdo.