En la fotografía, como en todas las formas artísticas de expresión, existe un pacto no escrito entre el creador y los espectadores, aceptado por ambas partes: se va a contar una mentira.
Sí, el autor se embarcará en la creación, construcción y sí, mentirá, porque antes de su intervención y mirada, no existe nada tal y como nos lo muestra el autor.
Nada existe antes de escribir, rodar una escena de cine, representar una obra de teatro, o antes de pintar sobre un lienzo.
En el ámbito fotográfico, donde a menudo nos cuesta entender esto, tampoco hay nada antes de que el fotógrafo intervenga y nos muestre una escena. Es el artista quien crea todo: el ambiente, la luz, los objetos, la mirada, los elementos y la historia. El encuadre y su punto de vista sobre todo.
El fotógrafo elige qué quiere fotografiar, su posición en relación con la escena, el objetivo y, en muchas ocasiones, la iluminación.
Luego, en el procesado, ya sea digital o analógico, vuelve a elegir el encuadre, el revelado y la intensidad en sombras, luces y color. Esto, sin mencionar las numerosas posibilidades que, hoy en día, tenemos digitalmente para retocar.
Incluso en la era analógica, contábamos con algunas opciones gracias a la química, el aliento, las manos y las sombras que generaban reservas fluidas.
Quien piense que el creador simplemente refleja lo que ve (en ese momento, sin emplear la imaginación) se equivoca.
Un fotógrafo de 1,65 metros no ve lo mismo que uno de 1,83 metros. Tampoco lo ve igual con un objetivo de 24 mm que con un teleobjetivo de 400 mm.
Ni lo ve igual él, ni lo verás tú al observar su trabajo.
Sin embargo, es el fotógrafo quien elige la marca de la cámara, la sensibilidad y el modo de disparo, así como todo el trabajo posterior hasta que veas la imagen terminada.
Si los carteles en el fondo molestan para contar la historia que desea transmitir, debe quitarlos y arriesgarse con su decisión.
Los escritores corrigen extensamente, los directores de cine añaden numerosos efectos, los pintores mezclan técnicas y borran mucho.
Entonces, ¿por qué los fotógrafos no podrían modificar y recrear lo que solo ellos ven, para mostrar lo que quieren que veáis vosotros?