Se aparta del muy recargado sistema artístico anterior: el rococó
Intenta llevar razones a las obras de arte
Y se basa como normas artísticas en las obras clásicas de griegos y romanos.
Si observamos la composición de esta obra titulada “El juramento de los Horacios” del artista Jacques-Louis David (finales del siglo XVIII - Louvre) vemos que juega con dos conceptos geométricos claros.
Triángulos y cuadrados.
Y con ellos configura la obra y distribuye los elementos, las figuras, para gestionar la mirada del visitante a la obra.
Pero además podemos ver que juega con los números, en este caso con el 3. Tres son los arcos del fondo, tres los hermanos que acuden a recoger una de las tres espadas que les entrega el padre. Tres son las mujeres de la derecha (a la más débil de color y de tamaño le acompañan dos niños). Y sobre todo tres son las escenas que forman el conjunto.
Los tres hombres jóvenes; el padre que actúa de eje central y la familia con las mujeres y unos niños.
La obra refleja el acto de la entrega de las armas de un padre a sus hijos que van a ser los únicos que se enfrentarán a las armas contra otras tres personas en una lucha a muerte, para evitar que se produzca una guerra entre las ciudades de Roma y Alba, al elegir los gobernantes a tres personas por bando y así evitar que mueran inocentes.
La obra refleja el acto de la entrega de las armas de un padre a sus hijos que van a ser los únicos que se enfrentarán a las armas contra otras tres personas en una lucha a muerte, para evitar que se produzca una guerra entre las ciudades de Roma y Alba, al elegir los gobernantes a tres personas por bando y así evitar que mueran inocentes.