Los íberos nos han demostrado con esta imagen (y sin duda otras más o menos conocidas) dos cosas fundamentales: que dominaban el arte de la escultura y que algunas mujeres tenían un poder muy importante en la sociedad íbera, posiblemente como aristocráticas muy veneradas o sobre todo como mujeres muy respetadas.
Dentro de esta escultura conocida como La Dama de Baza estaban los huesos y restos de la mujer que representa, tras una incineración no completa pues en aquellos años no se lograba tanta temperatura, y rodeada de lujosos presentes.
Arte funerario, arte escultórico, con más de 2.400 años de antigüedad, que nos muestra el trabajo de un anónimo escultor al que sin duda no le permitirían hacer esta obra sin que se pareciera al original. Rodeada de armas metálicas y de objetos variados y con la posibilidad de que le hicieran ofrendas líquidas desde el exterior por una oquedad que comunicaba directamente con una ánfora y un embudo, nos podría mostrar a una mujer reina o hechicera, con gran poder sobre su sociedad.