Esta fotografía artística del fotógrafo Charles Platiau para la revista Time es el claro ejemplo de lo peligroso que es el amor, incluso el cariño. De que el amor nubla la mente hasta hacernos osados y atrevidos.
Es París, ese París lleno de aguas que hicieron crecer al caudal hasta preocupar, pues está tomada en la propia orilla del río Sena. ¿Quien no estaría obnubilado si se encontrara una tarde nublada en París, en la orilla del Sena, junto a su amor en vaqueros? ¿Alguien se imagina una mano mal colocada y un temblor incontrolable y quisquilloso? ¡Chaff!