Yo tenía 27 años y fue una de las primeras obras surrealistas que saqué desde dentro con la rabia de algún conflicto bélico no muy determinado. Eran tiempos de Guerra Fría y a veces de sobresaltos. No sabía pintar, pero necesitaba expresarme.
¿Debemos emplear el arte para comunicar estados del pensamiento? ¿Debe el arte pictórico acercarse a la literatura, contando historias y sensaciones? ¿Debe el arte transmitir historias o sólo reflejar elementos que ocupan espacios, manchas que se contrapesan con otras manchas? ¿Cuántos artes hay dentro de cada arte?
Podríamos no acabar de preguntarnos sin respuestas únicas. Una de las consignas de crear es precisamente no acabar la obra con la firma, sino seguir observando para dudar y continuar así pudiendo seguir dudando. Una pregunta no siempre lleva una respuesta. E incluso esta no siempre sirve para aclarar la pregunta. A veces una respuesta la complica.
Esta obra se tituló "Se ha roto la paz". Creo que se podría seguir entendiendo igual. No somos capaces de restarle valor a la frase.