Se mezcla muchas veces el surrealismo con la abstracción más avanzada, pue igual que en el campo verde, tampoco en el arte puede haber puertas estancas. Todo avanza, todo se mezcla, todo es posible de ser todo y nada. El suizo Paul Klee era surrealista, también expresionista y abstracto. Y tres años antes de morir joven, cuando tenía 58 años, nos dejó esta obra más bien pequeña que tituló “Ofrenda ajada” realizada en el año 1937. Sin duda sus colores fríos e incluso apagado encajan perfectamente en el título de la obra, pues hay que recordar que Paul Klee era además profesor de la teoría del color en los últimos años de su vida.
Sueños, manchas, color, artilugios que parecen dominar esos sueños y revolotear por encima de las cabezas de los que ahora contemplamos esta obra.