Quiero empezar el Año Nuevo 2016 con un simple dibujo infantil. Unos trazos, unas formas sobre una pizarra, unas líneas simples que denotan dominio de los espacios y frescura. Lo de menos es qué nos quiere trasmitir el artista. Lo maravilloso es que nacemos artistas y nos van moldeando hasta dejarnos en grises espectadores. Y si al final logramos convertirnos en espectadores, hemos salido ganando, pues a la mayoría ni eso.