Este futuro que nos mira tan profundamente está en una pared del barrio zaragozano del ACTUR. Pero podría estar en New York o en Burgos. Sólo nos mira, no puede hablar pues no tiene posibilidad, pero con su mirada nos está exigiendo muchas cosas. Es una mirada fuerte, a la que no podemos obviar. Tal vez no seamos capaces de entender que es el futuro, pero sin duda, de lo que no cabe duda, es de que no es el pasado.