Las puertas te permiten entrar.
Y salir.
O simplemente mirarlas y creer que detrás… hay alguien mirándote también.
Una puerta es un freno, pero también es una oportunidad, el inicio de una historia, un lugar para tocar y esperar.
El lugar tras el cual hay otro mundo y desconocido.
No es un viaje a dentro, puede ser un viaje desde fuera.