Pues sí, la verdad, me quedé sorprendido de aquellas calabazas que se movían acompasadamente pues llevaban un tacón ligeramente más alto que el otro. Me lo dijeron en un campo de girasoles. Si quieres que los mofletes semejen que flotan al andar, nada como llevar un zapato más alto que el otro. Engañarás al que te contempla los pasos. Y claro, me quedé sorprendido.