Vincent van Gogh se trasladó a París en el año 1886, después de escuchar hablar a su hermano Theo sobre el nuevo estilo colorido de la pintura francesa. Sin perder tiempo, lo intentó copiar y aprender con varias autorretratos como este.
Los cuadros fueron realizados utilizándose él mismo como modelo, sobre todo para no tener que pagar a un modelo profesional. El uso y aprendizaje de pinceladas rítmicas con colores llamativos lo realizó sobre sí mismo, vestido en este cuadro a la moda como si fuera un parisino del momento.