Si te acercas puedes sufrir el espejismo de no saber dónde estás. Para eso lo mejor es volverse a alejar. Pero tal vez no quieras. Acercándonos logramos quedar envueltos y pensar que fuera no existe nada más. Si hay que decidir lo mejor es dejarse llevar. Pero decidiendo. Yo no entré.
Nota.: Fragmento de una escultura de Jeff Koons