Los miedos son relativos. Dependen de la ganas de mirar que tengas en ese momento. Si tienes ganas de tener miedo está asegurado el temor provocado por un ligero movimiento de aire sobre unas cortinas. Pero también puedes provocarte tú mismo el temor, a poco que pongas una iluminación provocativa. Provocativa para favorecer el miedo. La oscuridad encaja, pero a ser posible solo parcial, para que te ayuda a intuir, a creer que adivinas lo que no existe. El miedo es una sensación gratificante como otras muchas. Aunque produzca miedo creerlo.